La asfixia de las cosas
Mario T. se levanta del sillón con dificultad. Le resulta complicado encontrar un espacio libre para apoyar el pie. Un zapato se le enreda entre las varillas oxidadas y rotas de un paraguas con la tela desgarrada. Sacude la pierna para desprenderse del objeto que lo atrapa. Consigue sacar su pie, pero el suelo ha engullido su zapato. Avanza por un pasillo plagado de columnas de periódicos y revistas de números atrasados. Luego levanta una extremidad para esquivar una caja de cartón cuyo contenido no recuerda. Sube por unas viejas maletas atiborradas de libros como si fueran los peldaños de una escalera. Repta por encima de unas voluminosas bolsas de plástico de las que asoman telas, mantas, abrigos, toallas, sábanas y abundante ropa de mujer. Su cuerpo se hunde sobre este cúmulo de pertenencias blandas. Luego se arrastra entre objetos más despiadados: una tostadora, un microondas, una lavadora, la carcasa de un ordenador… Siente diferentes piezas metálicas clavadas en su cuerpo. A me...